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Fotografía

¿Autorretrato o Selfie?

¿cúal es la diferencia?

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En la era de las redes sociales y la cultura digital, hacerse un «selfie» se ha convertido en una práctica común, cambiando para siempre la manera en la que nos relacionamos con nuestra imagen. Ya sea para compartir momentos especiales, mostrar un nuevo look o simplemente capturar un instante de diversión, este tipo de fotografía se ha vuelto parte fundamental de nuestra vida cotidiana. 

Pero la fotografía
no solo es una forma de expresión personal, sino que también puede ser una herramienta poderosa de autoexploración y autoconocimiento. A través de esta práctica, podemos explorar nuestra identidad, nuestra autoestima y nuestra relación con el entorno que nos rodea.

Por eso, en este post hablaré de la diferencia entre hacerse una foto y explorarnos a través de la fotografía. 

¿Cuál es la diferencia entre un selfie y un autorretrato? 

«Selfie» es un neologismo del inglés, empleado para referirse a una autofoto hecha con un teléfono inteligente (o smartphone), una cámara web o una cámara digital, para ser compartida a través de redes sociales o plataformas de microblogging, como Facebook, Instagram o Twitter» 

Vamos a tomar de esta definición la intención de que una fotografía sea mostrada en una red social y vamos a hablar de una «selfie» cuando el fin último es que sea visto por otra persona.

Entonces nos preguntamos, ¿Es lo mismo una selfie que un autorretrato? ¿En qué se diferencian? ¿Es la intención, en el resultado? ¿En los ojos imaginarios que nos están viendo? ¿Es el selfie una foto que nos hacemos para los demás?

Por otro lado, un autorretrato lo podríamos definir como el ejercicio de crear un espacio propio en el que poder observarnos sin tener en cuenta la mirada ajena, un espacio para representar e investigar nuestro mundo interior a través de nuestro cuerpo.

Esto puede derivar de manera final en una foto, pero también en un escrito o simplemente en una reflexión interna.

Las diferencias principales estarían en la intencionalidad: 

Un selfie es un retrato o una captura que hacemos para guardar un momento y que puede llegar a estar en las plataformas de las redes sociales, es decir, lo hacemos contando con una mirada externa.

Por otro lado, un autorretrato es un espacio que será solo nuestro y en el que tenemos la total libertad. Así podemos explorar nuestros estados de ánimo, nuestra visión de nosotras mismas y recorrer ese camino que convierte una fotografía en un proyecto artístico. 

«Selfie» es un neologismo del inglés, empleado para referirse a una autofoto hecha con un teléfono inteligente (o smartphone), una cámara web o una cámara digital, para ser compartida a través de redes sociales o plataformas de microblogging, como Facebook, Instagram o Twitter» 

El uso del autorretrato como una manera de mirarnos con más cariño.

¿Qué sucede cuando vemos fotografías en las que salimos nosotras? Muchas veces nos produce incomodidad y no reconocemos a la persona que aparece en la instantánea.  

Esto pasa porque a la persona que menos estamos mirando a lo largo de nuestros días es a nosotras mismas. No somos conscientes de cómo se ve nuestro cuerpo y nuestra cara desde distintos ángulos y a través de diferentes miradas. Y si ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos hemos mirado en un espejo, la imagen que vemos en una fotografía está bastante desactualizada de la que tenemos en nuestra cabeza a modo de representación. 

Autorretratarse es un ejercicio de practicar la mirada hacia nuestro cuerpo. 

No se puede querer lo que no conocemos. Mirarnos, entonces, nos ayuda a estar más en paz con la persona que somos.

Entonces, el autorretrato nos permite observarnos de una manera más profunda, ampliando nuestra gama de gestos y emociones más espontáneas, pero también nos da la oportunidad de mostrarnos con cariño y comprensión.

Al pintar o fotografiarnos a nosotras mismas, podemos elegir cómo queremos representarnos. Podemos resaltar nuestras cualidades y fortalezas, pero también podemos ser honestas sobre nuestras debilidades y áreas de mejora. Mirarnos con cariño a través del autorretrato, podemos aceptarnos tal como somos y trabajar en nuestra autopercepción.

Mirada cursiva

Un autorretrato es un espacio que será solo nuestro y en el que tenemos la total libertad. Así podemos explorar nuestros estados de ánimo, nuestra visión de nosotras mismas y recorrer ese camino que convierte una fotografía en un proyecto artístico.

3 tips, para comenzar a explorar el autorretrato fotográfico:

Encuentra un espacio en el que tengas privacidad y te sientas segura.

Para poder estar completamente exenta de la mirada ajena, te recomiendo que busques un momento en el día y un lugar de tu casa en el que puedas estar tranquila y sepas que no vas a tener interrupciones.

Mirarse a través de la cámara es un acto de vulnerabilidad y estar solas nos permitirá sentirnos cómodas y poner la atención nuestro cuerpo.

Deja que las fotografías respiren, no las borres.

Existe una relación compleja entre el proceso de retratarnos y mirar el resultado que para cada quien será diferente. Puede ser que estés muy acostumbrada a tu reflejo en las fotografías y no te genere ninguna distorsión verlas, pero también es muy normal que te sientas incómoda con tus retratos o puedes pensar que no reflejan fielmente tu imagen. 

Por eso, no borres las fotos de manera inmediata. Déjalas reposar un día o dos antes de tomar la decisión de si te quedas con ella o no. 

Te sorprenderás de la manera en la que  cambia tu percepción simplemente con dejar pasar tiempo entre que haces el autorretrato y lo ves. 

Juega con los ángulos, la iluminación y los encuadres. 

Experimenta con diferentes poses, expresiones faciales y composiciones para encontrar tu estilo y lo que te hace sentir cómoda frente a la cámara. Tómalo como un juego, nadie tiene que ver el resultado del proceso. Regálate la posibilidad de hacer algo solo para ti. 

Explora también otras partes de tu cuerpo que no sean tu rostro.

Utiliza tu lado más creativo y tu imaginación para buscar nuevas maneras de reflejar tu personalidad y tu esencia. 

Una serie para inspirarte

Conjunto de fotos hechas en privado entre 1984 y 1999 y mantenidas en su mayoría para sí misma durante más de treinta años, las imágenes en Tender comprenden un autorretrato completo y personal de una joven mujer negra y queer explorando íntimamente el ámbito de sus propias posibilidades.

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