Libros/ Creatividad
Libera tu magía: Elizabeth gilbert
Tabla de contenidos
Libera tu magia
«Libera tu magia» de Elizabeth Gilbert es una invitación a explorar y abrazar la creatividad que reside en cada una de nosotras. La autora, conocida por su bestseller «Come, reza, ama», nos guía en un viaje transformador a través de sus experiencias personales y reflexiones profundas sobre el proceso creativo.
En este libro, la autora explica que la creatividad no es un don reservado para unos pocos elegidos, sino una chispa que todos tenemos la capacidad de encender. Comparte herramientas y estrategias que nos ayudan a superar bloqueos y temores, fomentando un ambiente propicio para la expresión artística.
Con su estilo único, que combina honestidad y humor, «Libera tu magia» se convierte en un faro de inspiración para aquellos que buscan reconectar con su pasión y liberar su potencial creativo. Este libro es, sin duda, una celebración de la imaginación y un llamado a vivir una vida más auténtica y plena.
Es, también, uno de mis libros de cabecera, ese al que siempre vuelvo.
Elizabeth Gilbert ¿Quién es?
Elizabeth Gilbert es una escritora estadounidense reconocida por su enfoque en temas como la creatividad, el autodescubrimiento y la espiritualidad. Nacida en Waterbury, Connecticut, en 1969, estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Nueva York, pero su pasión por la escritura la llevó a convertirse en autora. Alcanzó reconocimiento internacional con su libro Eat, Pray, Love (2006), un éxito de ventas que narra su viaje físico y emocional por Italia, India e Indonesia tras una crisis personal. Este libro fue adaptado al cine, protagonizado por Julia Roberts, lo que cimentó aún más su popularidad.
A lo largo de su carrera, Gilbert ha demostrado una versatilidad única, escribiendo tanto ficción como no ficción. Entre sus obras más notables se encuentran La firma de todas las cosas (2013), una novela histórica aclamada por su detallada investigación, y Libera tu magia (2015), un manifiesto sobre la creatividad que alienta a las personas a abrazar el coraje para vivir creativamente sin temor al fracaso. Su capacidad para conectar con lectores que buscan inspiración ha hecho que sea considerada una guía espiritual moderna.
Además de sus éxitos literarios, Elizabeth Gilbert es una conferenciante influyente y una defensora del bienestar emocional. Sus charlas sobre creatividad y valentía, incluyendo su TED Talk, han inspirado a millones de personas a vivir de manera auténtica y significativa. Hoy, continúa explorando temas de autoconocimiento y espiritualidad en su obra, mientras sigue siendo un referente para quienes buscan encontrar la magia en lo cotidiano.
Algunas citas que te pueden acompañar en tus procesos creativos.
LA PARADOJA CENTRAL
En conclusión, el arte no tiene ningún sentido. Y al mismo tiempo tiene todo el sentido del mundo. Eso es una paradoja, está claro, pero a ver, somos adultos y creo que podemos afrontarla. Creo que podemos defender dos ideas mutuamente excluyentes sin que nos explote la cabeza. Así que vamos a intentarlo. La paradoja con la que necesitas sentirte cómodo si quieres llevar una vida creativa satisfactoria vendría a decir más o menos esto: «La expresión de mi creatividad debe ser la cosa más importante del mundo para mí (si quiero llevar una existencia artística) y al mismo tiempo no debe importarme en absoluto (si quiero llevar una vida cuerda)».
En ocasiones necesitarás saltar de un extremo de este espectro paradójico al otro en cuestión de minutos. Mientras escribo este libro, por ejemplo, abordo cada frase como si el futuro de la humanidad dependiera de que la frase me salga bien. Me importa, porque quiero que sea muy bonita. Por tanto, todo lo que no sea un compromiso absoluto con esa frase sería negligente y deshonroso. Pero cuando edito mi frase —a veces nada más escribirla—, tengo que estar dispuesta a abandonarla a su suerte sin echar la vista atrás. (A no ser, claro, que decida que voy a necesitarla de nuevo después de todo, en cuyo caso tendré que desenterrar sus huesos, devolverla a la vida y considerarla sagrada una vez más).
Importa. / No importa. Haz espacio en tu cabeza para esta paradoja. Haz todo el espacio que puedas. Más todavía. Lo vas a necesitar. Y luego entra hasta el fondo en ese espacio —hasta el fondo he dicho— y ponte a hacer todo lo que necesites hacer. No es asunto de nadie.
Solo tuyo.
EL TESORO
Mira, yo no sé qué tienes tú escondido en tu interior. No tengo manera de saberlo. Es posible que ni tú mismo lo sepas, aunque sospecho que algún atisbo has tenido. No conozco tus habilidades, tus aspiraciones, tus anhelos, tus talentos ocultos. Pero sin duda albergas algo maravilloso en tu interior. Esto lo digo convencida porque, en mi opinión, todos somos portadores de tesoros enterrados.
Creo que esta es una de las bromas más antiguas y generosas que le gasta el universo a los seres humanos, y lo hace tanto por su propia diversión como por la nuestra: el universo entierra joyas inesperadas dentro de todos nosotros y luego da un paso atrás y espera a ver si las encontramos. La búsqueda para desenterrar esas joyas: eso es vivir creativamente. El valor de emprender esa búsqueda: eso es lo que diferencia una existencia anodina de una especial.
A los a menudo sorprendentes resultados de esa búsqueda es a lo que yo llamo Gran Magia.
EL TRUCO
Por lo tanto, sí, hay truco: deja de quejarte.
Fíate de mí cuando te digo esto. Fíate también de Werner Herzog.
Son muchas las buenas razones para dejar de quejarte si quieres llevar una vida más creativa. En primer lugar, resulta molesto.
Todos los artistas se quejan, así que es un tema visto y aburrido. (A juzgar por el volumen de quejas que sale de una clase de escritura creativa, uno pensaría que a esas personas las ha obligado a seguir su vocación un dictador malvado en lugar de haber elegido su trabajo libremente y porque se lo dictaba el corazón). En segundo, por supuesto que crear cosas es difícil; de no serlo, todo el mundo lo haría y no tendría nada de especial ni de interesante. En tercero, la realidad es que ninguno hacemos caso de las quejas de los demás porque estamos demasiado centrados en nuestra lucha sagrada, así que más o menos le estás hablando a una pared. Lo cuarto y más importante es que estás ahuyentando la inspiración.
Cada vez que te quejas de lo difícil y cansado que es ser creativo, la inspiración da un paso más para alejarse de ti, ofendida. Es casi como si levantara las manos y dijera: «¡Perdona, colega, no sabía que mi presencia te resultara tan pesada! Me voy con la música a otra parte». He presenciado este fenómeno toda mi vida cada vez que he empezado a quejarme. He sentido cómo mi autocompasión le cierra la puerta en las narices a la inspiración y la habitación de pronto parece fría, pequeña y vacía.
Así las cosas, emprendí este camino muy joven: empecé a decirme a mí misma que disfrutaba con mi trabajo. Proclamé que disfrutaba de todos los aspectos de mi esfuerzo creativo: el tormento y el éxtasis, el éxito y el fracaso, la dicha y la vergüenza, las fases de sequía, las dificultades y los traspiés y la confusión y la estupidez.
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